Por: Roberto Fernández / Diario la Discusión
Desde 2014, un equipo de académicos y directivos del campus Chillán de la Universidad de Concepción viene trabajando silenciosamente en el desarrollo de un ambicioso proyecto que busca dotar a la casa de estudios de un centro de investigación de nivel mundial. Se trata del Cictal o Centro Internacional Científico Tecnológico Agroalimentario para el Asia Pacífico y Latinoamérica.
Y si bien nació como una iniciativa abierta a diversas entidades públicas, privadas y de la academia, en la práctica, el interés demostrado por el Gobierno chino a través de su oficina de ultramar y de un grupo de empresarios de dicho país, han ido pavimentando el camino hacia un proyecto de carácter binacional.
La iniciativa es encabezada, en la Universidad de Concepción, por el director general del campus Chillán, Óscar Skewes; por el académico de la Facultad de Ingeniería Agrícola, Rudi Radrigán, quien es director del Centro de Desarrollo Tecnológico Agroindustrial de la UdeC; y por José Luis Saavedra, de la Unidad de Capacitación de la casa de estudios.
Según Skewes, la idea está cada vez más madura y ya se puede hablar de un proyecto propiamente tal: “ha sido un trabajo de largo aliento, que ha requerido de mucha dedicación por parte de los involucrados, ya que los chinos, por su cultura, exigen que la base del trabajo sea la confianza, y la confianza se logra al cabo de varias reuniones, en que las partes van logrando un conocimiento mutuo”.
El proyecto
La obra principal de este centro consiste en la construcción de un edificio ecológico sustentable de 10 mil metros cuadrados que albergará el Cictal, que estará dentro del campus, y cuya construcción representará una inversión cercana a los 10 millones de dólares (6.900 millones de pesos).
Además, se considera el desarrollo de una granja demostrativa, que según Radrigán, su superficie podría alcanzar las 19 hectáreas y también se emplazaría en el campus de la UdeC (la superficie total del campus alcanza las 96 hectáreas). En dicha granja se proyecta trabajar tanto con cultivos que actualmente existen en Chile, así como también con otros de origen chino. La idea es desarrollar investigación conjunta de profesionales chinos y chilenos en el ámbito agroalimentario, puesto que existe el interés de China por introducir cultivos en Chile y evaluar su adaptación al clima local, con miras a contar con un suministro de alimentos confiable, de calidad e inocuo en el largo plazo. De igual forma, hay conocimiento y tecnología en China que pueden aportar al mejoramiento de los rendimientos de cultivos que ya existen en Chile, como el arroz, o la posibilidad de introducir nuevas variedades de frutales, como los kiwis, un rubro en el cual el gigante oriental tiene vasta experiencia y patentes.
Integración
En ese sentido, Skewes detalló que el objetivo es que el centro sea una plataforma de congruencia e impulso de las relaciones científico-tecnológicas del Asia Pacífico y Latinoamérica en los ámbitos agroalimentario, servicios, tecnología, educación, cultura e idioma, con el fin de reducir las barreras al comercio de bienes, servicios e inversiones. “Ser el centro de articulación por excelencia de las relaciones y del rubro agroalimentario de la cuenca del Asia Pacífico y Latinoamérica, con una visión integradora de los actores relevantes, es decir, Estado, empresa y universidad”, apuntó.
Entre los objetivos estratégicos destacan el promover el intercambio socio-etno-cultural del Asia Pacífico; facilitar una plataforma de negocios entre Asia y Latinoamérica; y fortalecer el desarrollo de productos agroalimentarios y servicios de forma sustentable entre Asia y Latinoamérica.
Este centro estaría orientado a desarrollar y mantener diálogos permanentes con el Asia Pacífico en temas agroalimentarios en el contexto de la Red de Colaboración China con la Región del Bío Bío y sería el eje principal para el desarrollo local, comercio y servicios, con una fuerte vinculación público-privada inclusiva y con agenda propia.
De hecho, la propuesta considera incorporar a entidades estatales, como Corfo, ProChile, Innova, FIA, Conicyt, INIA y los ministerios de Educación, Economía y Relaciones Exteriores, así como también a la Embajada de China y a la Agencia de Cooperación Internacional. Además, a instituciones privadas, como Asexma, Fedefruta, la Asociación de Agricultores de Ñuble, Coesam Group, la Asociación de empresarios chinos en Chile y cámaras industriales de Chile, entre otros.
En ese sentido, no es casualidad que en el diseño del edificio se consideren dependencias para oficinas gubernamentales y de empresas nacionales e internacionales, un centro de idiomas, facilidades para la generación de joint ventures y residencia para 30 personas, como diplomáticos, ejecutivos y académicos.
“La factibilidad técnica de emplazar el Cictal, es viable y produciría una sinergia con todas y cada una de las especialidades del campus de nuestra universidad, que propiciaría el mejor entorno para potenciar la investigación y transferencia tecnológica a nivel provincial, regional y nacional, transformándose en un polo de desarrollo único a nivel nacional en el corazón geográfico de Chile y principal zona agroalimentaria de excelencia”, argumentó Skewes, quien destacó que el campus Chillán cuenta con dos centros de investigación y transferencia tecnológica: el Centro del Agua para la Agricultura y el Centro de Desarrollo Tecnológico Agroindustrial, ambos con presencia nacional.
Lo que viene
Skewes explicó que el principal desafío es conseguir el financiamiento para el desarrollo del proyecto, puesto que el trabajo desplegado hasta el momento ha logrado avances importantes en materia de apoyo político e institucional: “nos hemos reunido con Eduardo Frei, que es el embajador plenipotenciario de Chile en su relación con el Asia Pacífico; también nos hemos entrevistado con diputados de la zona; y al interior de la universidad hemos difundido el proyecto con los distintos decanos y contamos con el apoyo del rector”.
Sin embargo, explicó que previo a la gestión del financiamiento es fundamental la definición de la estructura jurídica y administrativa del centro, teniendo siempre presente que se trata de un proyecto de la Universidad de Concepción.
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