Para generar gas a partir del tratamiento de materia orgánica en un ambiente anaeróbico (ausencia de oxígeno), uno de los sustratos con mayor revalorización es el estiércol avícola, según han determinado distintos estudios, como uno realizado en Alemania.

Así, iniciativas para producir biogás con estas excretas se destaca por su gran potencial de impacto beneficioso para el medio ambiente. Y no sólo por la generación de energía renovable, que comúnmente se convierte en electricidad, sino también porque da solución a una gran problemática ambiental. «Las avícolas generan una alta cantidad de estiércol. Por ejemplo, una empresa de 330 mil gallinas genera cerca de 33 toneladas diarias», apunta el bioingeniero Víctor Guzmán, investigador del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Concepción (UdeC). Un gran volumen de desechos, los malos olores que expelen y afectan al entorno y la contaminación de las napas subterráneas por la descomposición del estiércol se pueden combatir al generar biogás.

No obstante, afirma que el costo de inversión y operacional para llegar a generar biogás termina siendo muy alto por distintas razones, que vienen a explicar porque aún no existen en Chile iniciativas en esta línea. Algo que, sin embargo, podría cambiar con el desarrollo de un prometedor proyecto del que Guzmán es director técnico.

EL PROYECTO

La iniciativa se comenzó a desarrollar hace cerca de cinco años y hace cerca de dos se unió Guzmán. Para el desarrollo han trabajado en colaboración con la avícola Coliumo, y con la tecnología que se desarrolló se solucionan diversos problemas, tanto en relación a al costo de la producción de biogás como por beneficiosos efectos que resultan del proceso.

Cuenta que el estiércol de gallina tiene grandes concentraciones de amonio y amoniaco, tóxicos para el proceso. «15 gramos litros de amonio más amoniaco pueden generar inhibición completa del proceso. El estiércol que hemos trabajado tiene cerca de 11 gramos por litro, o sea, capacidad inhibitoria», apunta.

Por ello hay que diluir, lo que requiere utilizar grandes cantidades de agua que aumenten el volumen, y esto calefaccionarlo. «Se pensó en sacar el inhibidor (amonio- amoníaco) y recircular el líquido con el digestor anaeróbico que genera biogás. El líquido rico en amonio caliente se lleva a un segundo reactor que remueve y se obtiene un líquido caliente libre de amoniaco. Se diluye el estiércol y vuelve al proceso», dice.

Otro punto, destaca Guzmán, es que según Chile Huevos, organismo que agrupa a las avícolas y con el que mantienen contacto, las ideas que les habían ofrecido antes para generar biogás necesitaban 1,5 millones. No obstante, asevera que «los resultados que hasta ahora tenemos es que este proyecto es rentable desde 56 mil ponedoras y en Chile existen 15 empresas que dominan la industria avícola, tienen el 90% del mercado, y todas tienen sobre 56 mil ponedoras», aclarando que con ese número todos los costos operacionales anuales son cubiertos por la revalorización del biogás. «Si se produce y transforma en electricidad, pudiendo también aprovechar la calefacción, es capaz de suplir los costos de operación y la ganancia que se obtendría al vender la electricidad hace que sea costo cero», sostiene.

GRAN EFICIENCIA

Múltiples razones que hacen atractivo a este proyecto que ya es factible probar en un plan piloto, destaca la ingeniera química, académica, investigadora y actual directora del Departamento de Ingeniería Química UdeC, Marlene Roeckel, quien estuvo desde la génesis de esta idea que partió como una memoria de título de un estudiante.

Y es que la generación de biogás, que se puede usar como electricidad o propiamente gas, es sólo uno de los resultados concretos, pero los efectos van mucho más allá. «Una arista es el uso eficiente del agua. Porque para diluir no se requiere estar utilizando cada vez agua fresca, sino en este proyecto se va reciclando y reutilizando el agua de salida, haciendo un tercer tratamiento para diluir lo que necesitas tratar», comenta. Esto, a su vez, ahorra energía. «En un proceso convencional hay que ir calentando, la digestión anaeróbica se hace a 37°C y se debe calentar el agua fresca cada vez. Al reciclar un agua que ya está caliente, no se necesita calefaccionar de nuevo», puntualiza.

Así, la eficiencia es palpable en términos del uso de agua y también de energía, que se ahorra y produce. El resultado de este proceso en que el agua se puede recircular, es que también se puede usar como riego y producto d e la digestión también se obtiene un lodo que puede ser usado como mejorador de suelo, es decir, fertilizante, plantea Roeckel.

TRANSFERIR TECNOLOGÍA

Lo trascendente y llamativo del proyecto es que todo lo que se logra es solucionando uno de los más grandes problemas de las avícolas en relación a la contaminación ambiental que genera el estiércol, y del que deben hacerse cargo, sobre todo por la suscripción del Acuerdo de Producción Limpia de Chile Huevos, dice la experta, que considera la utilización de las excretas y la investigación del tema. «Este proyecto calza muy bien», afirma, por lo que confía en la buena recepción que tenga la idea cuando la expongan en la próxima sesión del gremio al que fueron invitados. Lo que se espera es que haya transferencia tecnológica con distintas avícolas y, sobre todo, que se pueda comenzar un piloto este año, finaliza.

Fuente: Diario El Sur.

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