13 de agosto 2014. Un proyecto piloto destinado a evaluar las condiciones que se requieren para incorporar, en la atención primaria, los mini implantes dentales desarrollados en el Centro de Rehabilitación Avanzada e Implantología de la UdeC, Crai, pondrá en marcha en los próximos meses el Ministerio de Salud.
En ese contexto, la jefa del área Odontológica del Ministerio, Gisela Jara, visitó ayer la UdeC, con el fin de conocer el trabajo del Crai y de manera particular los desarrollos asociados a los implantes (que han sido patentados en Chile y Estdos Unidos), así como discutir con su director, el Doctor Jorge Jofré, los factores que se deben considerar para hacer la transferencia al sistema de salud de este tratamiento para pacientes edéntulos (que han perdido toda su dentadura).
La profesional señaló que en el Ministerio existe una gran preocupación por encontrar soluciones que permitan, desde el sistema público, rehabilitar a los pacientes desdentados totales.
“Nosotros reconocemos que hoy día hay muchos de estos pacientes que no quedan contentos con sus tratamiento, porque claramente, dada la inestabilidad de las prótesis, consultan una y otra vez de servicio a servicio. Nos encontramos con pacientes que en su velador tiene cuatro o cinco prótesis, que no usan o que usan de modo social, por ejemplo, para ir a cobrar su pensión, pero tratan de no hablar, de no sonreír y menos comer; entonces esa es la primera preocupación del Ministerio: reconocer que hay un problema y que la solución que estamos dando no es la más eficiente”, dijo la profesional.
El sistema desarrollado en la UdeC –que apunta justamente a la estabilización de las prótesis a través de dos mini implantes unidos por una barra- es, a juicio de la profesional, la mejor solución a la que puede acceder el sistema público desde la perspectiva costo-eficiencia.
Gisela Jara adelantó que en estos momentos se están definiendo los estándares mínimos para implantar el piloto, luego de lo cual se determinarán los centros de salud en que se realizará la experiencia. Mientras, dijo, comenzará la selección de pacientes, “de modo que podamos atender algunos casos hacia fin de año y crecer con el piloto en 2015”.
La idea, dijo, es tener definiciones de los centros y el número de pacientes en septiembre, para crear un protocolo mínimo de trabajo, con miras a firmar –a fin de año o comienzos de 2015- un convenio entre las instituciones para dar soporte al proyecto, tema que conversaron junto al Doctor Jofré, con el Vicerrector de Asuntos Económicos y Administrativos, Alejandro Santa María.
Un ideal realizado
La investigación en torno al desarrollo de estos implantes comenzó hace cerca de una década bajo la conducción del Doctor Jofré, con el objetivo de solucionar un problema que, a juicio del académico, es un tema de salud pública y que tiene que ver, además, con los pacientes que están más desprotegidos: los adultos mayores.
“Tenemos una cobertura que no es eficiente, porque hay una población (de desdentados totales) que está creciendo y no tenemos una odontología de calidad, de acuerdo a los estándares internacionales, por costos o por problemas implementación o, incluso, porque las condiciones de salud de estos pacientes: ellos no se pueden someterse a cirugías importantes”, dijo el investigador.
Con la introducción del mini implante al sistema público de salud “vemos realizado el ideal que teníamos, el sueño de aportar a la salud de esas personas, a su calidad de vida, y eso es lo más relevante”, afirmó el académico.
La satisfacción en el equipo liderado por Jofré no es menor, porque son pocas las investigaciones desarrolladas en universidades las que, de acuerdo a estudios, logran llegar al mercado. En el papel, señaló el académico, se dice que es el 19%, pero en la práctica –indicó- sólo es el 1%.
“Normalmente se ha incentivado y favorecido el desarrollo de proyectos de investigación que concluyan en publicaciones, la mayoría de las cuales no provocan ningún efecto en la población”, señaló.
El Crai, agregó, ha creado un modelo de trabajo en el que el objetivo “es cruzar la frontera del paper y materializar los resultados de investigación en productos o servicios que aporten a nuestra sociedad, cumpliendo con el rol social de nuestra Universidad, desde nuestra perspectiva de salud, mejorando la calidad de vida de uno de los sectores más vulnerables de nuestra población”.
Fuente: Revista Panorama / Jeannette Valenzuela.